martes, 13 de marzo de 2012

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RADIATION CONDUCTION CONVECTION
PRESSURE EVAPORATION DIGESTION

PUBLIC PRIIVACY
Parece que hoy en día reintroducir necesidades fisiológicas en el planeamiento de la ciudad es una actitud responsable y atractiva. Ciertas condiciones de impersonalidad y asepsia planean sobre nuestras ciudades como fantasmas de los nuevos tiempos contra los que intentamos luchar. Según el escritor francés George Perec el domicilio personal debería explosionar expandiéndose a lo largo de la ciudad y ocupando diferentes espacios que antes quedaban reservados a ciertas funciones específicas.
Nuestra propuesta pretende trasladar algunos factores que definen la vida doméstica adaptándolos al espacio público, para tratar de reducir la distancia entre espacio público y espacio privado. Para ello en esta ocasión adaptaremos la definición de intimidad a la ciudad actual.
Tratamos más concretamente la intimidad desde el punto de vista de la preservación visual de la entidad personal. En este ámbito de lo íntimo podemos definir varias escalas en función de la comodidad con que una persona se siente para realizar ciertas acciones que haría, por ejemplo, en su dormitorio aunque haya otra persona que sabe que le está mirando. De tal modo diferenciamos en 5 niveles según “una persona se atreva a…” 1 Escribir en su diario / 2 Sacarse un moco disimuladamente / 3 Cambiarse de ropa (quedarse en ropa interior) / 4 Quedarse completamente desnudo / 5 Mantener relaciones sexuales con otra persona.

De acuerdo con las leyes de la reflexión y refracción de las ondas, existen algunos materiales que debido a su naturaleza permiten el paso de la luz a través de ellos pero refractándola, haciendo que se distorsionen las formas y la imagen pierda su nitidez o incluso llegue a ser irreconocible. Se denomina translucidez y podemos medirla en función de la naturaleza del material, del grosor de éste, de la cantidad de luz que lo traspasa y de la distancia al foco de visión. Por lo tanto, si variamos estos factores podemos generar distintos niveles de intimidad visual. Del tal manera si estudiamos la cantidad de luz a cielo abierto, bajo la sombra de un árbol y bajo una sombra sólida y teniendo en cuenta la variación de la cantidad de luz a lo largo del día podemos distinguir diferentes niveles de intimidad en diferentes localizaciones y horas del día.
Gracias a esa intimidad variable cabría la posibilidad de generar en las ciudades de hoy en día espacios que permitan al usuario trasladar acciones exclusivas del ambiente doméstico al espacio público, consiguiendo retornar las relaciones interpersonales y contacto humano al espacio común.

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