martes, 3 de abril de 2012

Cartografía de una orilla

Desde siempre, los cauces de los ríos han sido elementos geográficos divisorios y comunicadores al mismo tiempo. Las vías fluviales significan tanto una frontera como la posibilidad de abastecimiento y comercio.

En nuestro caso, el río Segura supone el elemento de separación entre el amanecer de nuestros invitados y un desayuno a cargo de un grupo de pescadores que se suele situar en la orilla opuesta a la de nuestra parcela. El planteamiento es que el trayecto de ida se haga a pie, cruzando por uno de los dos puentes existentes, ya que puede ser una buena actividad matutina. No obstante en el trayecto de vuelta nos gustaría ahorrar tiempo y esfuerzo y atravesar directamente el río sin hacer uso de los puentes.




Las condiciones naturales que se dan en la zona limítrofe a la cuenca del río segura, y que sólo la podemor apreciar una vez nos acercamos a éste son muy características. Se prodiga la fauna y la flora del entorno la cual crece a sus anchas apartada por el talud del tránsito humano. También se nota que la frontera entre la tierra firme y el agua se diluye con la transición mediante un estrato semi-líquido de fango en el que se asientan una franja de cañas.


Nos interesa especialmente esta zona ya que supone un habitat idóneo para la fauna, porque es una condición de límite difusa y porque es generado de forma natural por las condiciones ambientales del lugar.


Se puede adivinar que este estrato tiene unas condiciones muy características a la hora de plantear la forma de cruzar el río. La inestabilidad del terreno, añadida a la maraña de cañas (algunas vivas, otras sumergidas o cruzadas entre éstas) nos parece un punto de partida muy intenso con el que trabajar y en el que intervenir sin alterar el ecosistema de la zona.

La condición de inestabilidad también la encontramos en otros lugares de esta orilla, como por ejemplo en un amasijo de cañas podridas y destrozadas al lado de la zona donde pretendemos intervenir. El terreno parece estable pero al caminar sobre él las cañas muertas se asemejan más a una capa de nieve sin compactar que a un terreno firme.


El hecho de enfrentarse cara a cara con las condiciones naturales de un lugar tan vivo y potente como lo es esta orilla del río Segura hace que surjan multitud de posibilidades y campos de trabajo en el planteamiento de nuestra acción.

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